Tatuajes en Corea del Sur

Hoy en día, en Corea de Sur los tatuajes siguen estando mal vistos por algunas personas. Sin embargo, es importante dejar claro que no están prohibidos.

¿Por qué hay tan poca gente con tatuajes en Corea?

Os vamos a explicar la trayectoria y la complicación de hacerse un tatuaje en Corea del Sur.

La historia comienza antes de la dinastía Joseon (1392), cuando los pescadores comenzaron a tatuarse como protección contra los espíritus malignos que podían atacarlos cuando estuviesen en el mar. Después, durante la dinastía Joseon, los criminales y los esclavos eran marcados para identificados. Esto rompía con la tradición confuciana de mantener el cuerpo puro y bien cuidado, ya que este mismo se consideraba un regalo de los padres. Por lo tanto, además de romper con la estética confuciana que, aunque en menor medida, sigue estando vigente en la actualidad, podemos ver que los tatuajes eran un símbolo de pertenencia a la clase social más baja de la época.

Después, durante el siglo XX, los miembros de las familias de las bandas criminales comenzaron a tatuarse como un símbolo de identidad. Es decir, que se marcaban dependiendo de a qué banda pertenecían; práctica que imitaron de los grupos de crimen organizado de Japón. Esto siguió creando la visión de que las personas que llevaban tatuajes eran peligrosas, idea que aún se mantiene en las porciones de población actuales más envejecidas.

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Aunque ahora con la globalización esto esté cambiando, hace unos años las personas que tenían tatuajes no podrían meterse en los baños o en las piscinas públicas. Además, tener un tatuaje que fuese fácilmente visible hacía que fuese muy complicado encontrar trabajo; sobre todo en el caso de las mujeres.

Como en todas las sociedades patriarcales, el caso de las mujeres es más extremista que el de los hombres. Sin embargo, con el todavía vigente servicio militar obligatorio en Corea del Sur, los tatuajes se vuelven, de nuevo, un problema. Los varones que tienen tatuajes muy grandes no son aceptados (debido a una serie de razones propias); por lo que si un joven se hace un tatuaje muy grande puede ser acusado de deserción, que es un delito.

Por otro lado, el mito de que hacer tatuajes en Corea del Sur está prohibido se ve alimentado por los requisitos legales para ser tatuador. En países como España solamente es necesaria una licencia, pero en Corea del Sur los tatuadores deben ser médicos graduados. Esto hace que muchos artistas se dediquen al «tatuaje clandestino». Hay muchas tiendas escondidas en las que te puedes tatuar, aunque el riesgo es mayor para el tatuador que para el tatuado, ya que la culpa y el cometimiento del crimen recaen totalmente sobre el primero.

De entre las principales ciudades surcoreanas, Seúl es la que más rápido está cambiando y se está tratando de acostumbrar a los tatuajes. Además, ha habido varios movimientos sociales de defensores del tatuaje que piden que el artista pueda practicar su arte de forma libre y sin una titulación en medicina.

Por lo tanto, como conclusión, estad tranquilos si viajáis a Corea del Sur y tenéis tatuajes a la vista. Las nuevas generaciones son mucho más abiertas en estos temas, y como mucho puede que alguna persona mayor susurre algo, ¡pero no hay nada de lo que preocuparse!

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