Es sabido que, para algunos, el mito es el intento confuso y desorganizado de explicar el mundo a través de las mentalidades precientíficas de los ‘salvajes’, que tienden a magnificar y a adorar todo aquello que temen y desconocen.
Para otros el mito es el mecanismo que codifica e impone una ideología dominante con la finalidad de reproducir el orden social establecido en un determinado grupo humano. Es decir, el mito vendría a ser un modelo ideal a partir del cual tiende a organizarse una sociedad.
Por otro lado, el estructuralismo -en especial, Claude-Lévi Strauss- afirma que la mitología constituye un sistema independiente, un paradigma aparte, del que el analista ha de extraer sus propiedades intrínsecas antes de asignarle una función social o de someterlo a juicios de valor. El mito constituiría así una representación opaca de la realidad cultural de una sociedad.
A pesar de las diferencias, no cabe duda de que los mitos, bajo la forma de relatos constituyen una racionalización de los fenómenos naturales, evocan supuestos episodios de la vida, relatan el origen y la historia de las divinidades, intentan explicar la creación del mundo, el origen de los seres y de las cosas, tratan de explicar el futuro, el fin del mundo, procuran establecer valores morales, etc.
Los mitos coreanos no constituyen una excepción. Este libro ayudará a los lectores hispanohablantes a entender las creencias del pueblo coreano sobre su origen, las fundaciones de países antiguos, su visión cosmogónica y hasta sus sentimientos.
Título de la obra: Mitos coreanos
Autor: Pegang Juang
Traductor: Kim Changmin / Othón Moreno
Editorial: Verbum S.L (verbum@telefonica.net)
http://www.verbumeditorial.com/
Este es el primer libro de mitos coreanos publicado en español. Por lo tanto, creo que sería conveniente ofrecer un esquema de la Historia de Corea para que los lectores que carecen de información sobre ella comprendan mejor el contexto en el que se originan sus mitos.
La presencia humana en Corea se remonta al período paleolítico, hace unos 500,000 años. Los umbrales de la historia coreana suelen situarse en el año 2333 a.C, cuando el rey Tangun, figura legendaria nacida de la unión entre Hijo del Cielo y una mujer perteneciente a una tribu cuyo símbolo totémico era el oso, fundó el primer reino, llamado Choson, que significa literalmente “la tierra de la mañana serena”.
Pese a que los investigadores discrepan sobre la veracidad del mito Tangun, sabemos a ciencia cierta que la antigua Corea se caracterizaba por la existencia de clanes que se unían formando ciudades-estado, las cuales surgían y desaparecían formando ciclos. Ya durante el primer siglo a.C. Aparecieron tres reinos: Kyoguryo (37 a.C.-668 d.C), Pekche (18 a.C-660 d.C) y Sil-la (57 a.C-935 d.C) en la península coreana y parte de lo que hoy se conoce como Manchuria.
Desde que en el año 668 Sil-la unificó la península, Corea es una nación que ha logrado mantener su independencia política y su identidad cultural y étnica a pesar de las frecuentes invasiones extranjeras. Tanto el reino de Koryo (918-1392), como el de Choson (1392-1910), consolidaron su poder dinástico e irradiaron una cultura floreciente, al tiempo que rechazaban a invasores khitanes, mongoles, manchúes y japoneses. A finales del siglo XIX Corea se convirtió en objeto de intensa rivalidad entre varias naciones imperialistas: China, Rusia y Japón. En 1910 Japón se anexionó Corea, convirtiéndola en una colonia y poniendo fin a la dinastía de Choson y, con ella, a la Corea tradicional. La liberación nacional se produjo en 1945. Poco después se consumaría la división territorial. En el sur, la República de Corea del Sur; el norte regido por un sistema comunista.
Los mitos que aparecen en este libro son sólo una parte de la rica y variada mitología coreana, aunque indudablemente son los más importantes. Por lo tanto, en el futuro deberían publicarse en español otros mitos coreanos que no aparecen aquí.
Por último, espero que este libro contribuya al conocimiento de la cultura coreana en beneficio de las relaciones entre los pueblos hispanohablantes y el pueblo coreano.