Radiografía del cine coreano

Las cifras del cine coreano en la actualidad

El cine de Corea del Sur disfruta de muy buena salud. Los coreanos acuden al cine una media de 4,3 veces al año. Entre 2014 y 2017 se llegó a alcanzar un número record de espectadores: 219 millones. La recaudación de los cines coreanos no se queda atrás y alcanza los 1.553 millones de facturación. A diferencia de otros países, en los que se suele celebrar como logro nacional el que títulos nacionales lideren los ranking, en Corea del Sur es lo más habitual.

El pasado verano, producciones como V.I.P, A Taxi Driver, Midnight runners o The Mimic dominaban la taquilla. Todo esto se traduce en una cuota de pantalla del 51,8% en 2017. Para que sirva de contraste, Francia, el país europeo con más cuota de pantalla de sus películas, alcanza el 37,4%.

Fuente: Observatorio audiovisual europeo.

Por número de películas por año, siendo un país de una población parecida a España, con 51 millones de habitantes, tiene una producción cinematográfica mucho más potente, superando en producción fílmica a todos los países europeos.

Fuente: Observatorio audiovisual europeo.

Otras cifras que posicionan en lo alto a la cinematrografía coreana son los beneficios que genera. España no aparece, aunque se encuentra en el puesto 15  mundial. Corea del Sur, sin embargo, ya se codea entre los grandes con cifras que han superado a Francia y se están acercando a las del Reino Unido.

El camino del cine coreano

Aunque 2017 fue bueno a nivel interno, a nivel de exportación de películas no es el mejor año de referencia debido al boicot chino a los productos audiovisuales coreanos. Aún así y con ello, el cine surcoreano continuó con su buena salud. En 2018 se observan signos de distensión en China pues algunas películas coreanas fueron invitadas durante el pasado mes de abril al Festival de cine de Beijing.

Pero  esta situación no siempre fue así. En los años 90, la cuota de mercado de las películas coreanas en el propio país era solo del 25 %, cifra equiparable a las actuales de España. Todo cambió en 1999 con el enorme éxito de Shiri, una película de acción con agentes norcoreanos y surcoreanos, una estética muy atrayente y que supuso un punto de inflexión en los gustos del público coreano respecto a su propio cine y arrancó el titulo de mayor taquillazo a la película Titanic de 1998, llegando a congregar a mas de 6 millones de espectadores. Shiri abrió el camino a toda una serie de títulos coreanos, como Joint Security Area (2000) o Friend (2001), Silmido (2003) o Taegukgi (2004). Así, en esos años se produjo un salto cualitativo que les llevó a tener un 51 % de cuota de pantalla (2002), impensable unos pocos años antes.

El gobierno coreano también ha colaborado en la promoción del cine patrio, asegurando que las salas nacionales exhibieran cine coreano un número mínimo de días al año. Este caldo de cultivo, que también se dio en Europa, junto a la creatividad de los directores coreanos, propició estas cifras que harían palidecer las de cualquier país europeo.

Competición con el cine estadounidense

Este éxito no estuvo exento de riesgos ya que en 2006, los EEUU, percatándose del nivel alcanzado por el mercado doméstico surcoreano, exigió en un tratado comercial, mayor exhibición de las producciones hollywoodienses. Esto constituyó una prueba de fuego de la que salió airoso el cine coreano, alcanzando también ese año una cifra record de recaudación .

Fuente: The Unique Story of  the South Korean Film Industry (2014).

A la gráfica anterior podemos incorporar los taquillazos más recientes como Taxi Driver y Along with the Gods: The Two Worlds. El nuevo gobierno de Moon Jae ha vuelto a apostar decididamente por el cine, aumentando las exenciones fiscales y viendo en el producto audiovisual coreano un producto que hay seguir incentivando.

Los grandes conglomerados como CJ, Lotte y Orion controlan el 80% de la producción cinematográfica, de manera que constituyen una sector puntero en la industria coreana. De alguna manera la situación de la cinematografía coreana imita a la de los Estados Unidos. Allí los 6 grandes estudios (Columbia, 20th Century Fox, Warner Bros, Paramount, Universal, Metro-Goldwyn-Mayer) controlan el 89,8 % de la producción norteamericana y constituyen un elemento exportador de primer orden. Esto implica que el producto audiovisual está muy estudiado de principio a fin, de manera que a veces a los directores jóvenes no les resulta fácil abrirse camino en un mercado tan competitivo como el coreano y al margen de las grandes estudios de producción.

Fuentes: