La sociedad coreana en los dramas

¿Representan los dramas coreanos fielmente la sociedad coreana?

Para Corea del Sur, la primera década de este siglo XXI ha marcado una gran diferencia.  Es la época de esplendor de las películas y las series coreanas, una industria que se ha expandido y globalizado.

Podemos poner el ejemplo del catálogo de Netflix, la plataforma de streaming online, donde podemos encontrar dramas como ‘It’s okay that’s love’, ‘My only love song’, ‘Reply 1997’, ‘Boys over flowers’ o ‘Man to man’ que están presentes en el catálogo de España, Estados Unidos, y otros países que disponen de este medio.

Para poder llegar a la audiencia, en una serie televisiva, son muy importantes los personajes. Puedes tener un muy buen plot, pero lo que realmente lleva al público a mantenerse pegado al televisor son los personajes. Muchos de los individuos que disfrutan de este tipo de material audiovisual tienen la sensación de poder identificarse con los personajes, entendiendo sus actos y sus pensamientos.

Algunos temas: familia, homosexualidad, escuela,…

En los doramas, hay que señalar que los personajes que aparecen, normalmente están basados en estereotipos de la propia sociedad coreana. Por ejemplo, en Our Gab Soon podemos apreciar los típicos estereotipos que giran en torno a las tres familias que se presentan en el drama. El plot principal gira en torno a una pareja que llevan juntos desde el instituto. Esta pareja tiene que enfrentarse a sus propias familias para poder continuar su relación, pasando por diferentes escenarios que muestran como la sociedad coreana aún sigue sosteniendo ciertos recelos hacia ciertas situaciones.

Poster promocional para Our Gab Soon.

Uno de los temas que en Corea del Sur ha sido tabú, aunque cada vez menos, es la homosexualidad. En la última década,  han sido varias las series televisivas y películas que tratan de temas homosexuales y han ganado reconocimiento internacionalmente. Es cierto que estas series televisivas están tratando un tema de actualidad ya no sólo en la sociedad coreana o asiáticas, sino también en Occidente.

Lo más importante de estas series, ya no es sólo la trama sino también la representación de la sociedad coreana. Si nunca has estado en Corea, o no conoces su cultura, los dramas pueden aportar cierta perspectiva. Y la parte clave de esas series casi siempre se encontrará en las escenas finales. Ahí podemos ver, de verdad, la imagen de la sociedad coreana. En el cierre al público. Doramas populares dentro de esta temática son, por ejemplo, «Bungee Jumping of their own» o «The King and the Clown».

Poster promocional para The King and the Clown.

Spoiler-> ¿Qué tienen todas estas producciones audiovisuales en común a parte de la temática? Todos los protagonistas de estas series tienen el mismo final o un final parecido. Todos los protagonistas mueren.

Otro tema que también es muy popular en los doramas es el tema de los institutos. Los institutos y colegios en Corea del Sur son característicos por sus uniformes. Es uno de los detalles que se puede apreciar claramente en los doramas. También muestran el estrés y la presión que sufren los alumnos. Se aprecia el sistema educativo, y la sociedad, altamente competitivas.

¿Es veraz la representación de la sociedad coreana en los dramas?

Es la pregunta que nos hacemos cuando vemos un dorama, sea cuál sea la temática o la trama. Y lo cierto es, que no están muy alejadas de la realidad. Pero hay que mirar más allá de la trama y los personajes principales. Sobre todo se refleja en los secundarios, en los detalles y los contextos.

Las series televisivas permiten a los miembros de otras culturas conocer la sociedad coreana. Una puerta para que la audiencia se interese por la cultura y busque más información respecto a lo que ha visto.

Esta representación social de Corea del Sur es un claro ejemplo del poder de los medios audiovisuales. Siguiendo plots sencillos que atraigan a la población joven (en general, más abierta y tolerante) se puede conseguir que la imagen o perspectiva de un país cambie completamente.

 

Fuentes: