Las edificaciones tradicionales coreanas son conocidas como 한옥 (hanok).
Aunque esta palabra podía describir templos y otro tipo de edificios, suele estar estrechamente vinculada a la descripción de viviendas. Éstas solían tener un solo piso y estaban construidas con materiales como arcilla, madera y piedra. El diseño de la vivienda variaba según el lugar en el que se construía y la riqueza y el tamaño de la familia que las habitaba, pero todas contaban con características similares que dejaban entrever cómo procedían de una tradición arquitectónica común.
La casa se construía sobre el nivel del suelo y tenía una forma de L. Las habitaciones rodeaban un patio interior y, aunque algunas estaban conectadas entre sí, todas contaban con acceso al patio. Las paredes traseras de las habitaciones conformaban la fachada exterior de la casa. Estas paredes contaban con ventanas muy pequeñas, así que, desde la calle, era difícil conocer qué pasaba en el interior de la vivienda (las mujeres que vivían en la casa debían estar a salvo de miradas indiscretas, así que esta característica aseguraba la privacidad).
Ya que la construcción de la vivienda variaba según el lugar de la península en el que se fuese a levantar y quién mandase construirla, no había una distribución de estancias preestablecida. Pero no solo el lugar de las habitaciones variaba, sino que también lo hacía la naturaleza de las mismas. En la hanok las habitaciones tenían múltiples usos. La sala de estar podía servir de lugar de reunión durante el día, de comedor a ciertas horas y de dormitorio por la noche.
Un elemento que hacía únicas a las hanok era el tejado. Nada en la construcción de estas casas era dejado al azar, así que incluso el tejado contaba con un gran significado tanto para la vivienda como para los que vivían en ella. Esto era debido a que el tipo de material que se usase para construirlo diría mucho sobre el estatus y la riqueza de los inquilinos:
Si había algo reseñable en las edificaciones coreanas, además de su componente visual, era el alto grado de respeto a la naturaleza que presentaban. Para la construcción de la vivienda se utilizaban materiales procedentes de la naturaleza. La madera era utilizada en columnas y techos mientras que la arcilla cubría suelos, paredes y techos. El uso de este elemento hacía que la casa se mantuviese fresca en verano y retuviese el calor en invierno. Otro material fundamental en la casa coreana era el 한지 (hanji). El hanji es un tipo de papel procedente de la corteza de la morera. Este papel era utilizado en todas las superficies uniformes de la casa: paredes, techos, puertas, techos e incluso suelos. Al igual que la arcilla, este material ayudaba a que se mantuviese la temperatura deseada dentro de la casa. Esto era posible gracias a la estructura del papel: éste era poroso y permitía que la casa se ventilase fácilmente sin tener que abrir las puertas. El hanji también ayudaba a mantener los niveles de humedad e incluso servía como barrera ante las partículas del polvo, purificando el aire que entraba a la casa.
La climatización de la vivienda tradicional coreana era también algo único y reseñable. Se trataba de un sistema llamado 온돌 (ondol) en el cual el calor emanaba desde el suelo. En las viviendas tradicionales la cocina era construida por debajo del nivel del resto de la casa y era con el calor producido en esta estancia con el que se calentaba la vivienda. Ya que en la cocina se utilizaba fuego de forma habitual, el humo y el calor que se originaban en esta estancia entraban en una serie de canales que transcurrían bajo el suelo de la casa y llegaban hasta las chimeneas situadas al otro extremo de la vivienda, por las que eran expulsados. El suelo solía estar hecho de roca, barro y argamasa, y estos materiales mantenían el calor durante todo el día. El ondol es el motivo por el cual el suelo de las casas coreanas es algo más que un simple suelo. En Corea el suelo era un lugar en el que se desarrollaba la vida diaria, y debido a su importancia era limpiado constantemente y no se podía entrar a las casas con zapatos, costumbres que se mantienen hasta nuestros días.
En la imagen se aprecia como el calor producido en el hogar (아궁이, agungi) pasa por el 부넘기 (bunomgi, la entrada al sistema ondol) y se mueve bajo el suelo ondol, el cual cuenta con materiales especiales como 구들장 (gudulchang, una piedra lisa), para terminar saliendo por la chimenea.
Las hanok, populares hace siglos, dejaron de construirse cuando Corea empezó a modernizarse. En el siglo XX se produjeron multitud de cambios que provocaron que los arquitectos favoreciesen otro tipo de edificaciones en detrimento de las hanok. Ya en 1910, la invasión japonesa llevó a la península nuevos estilos arquitectónicos para colegios, hospitales y viviendas. Ésta fue una de las primeras instancias en las que en Corea se tenía contacto directo con las corrientes estilísticas que se daban en el mundo. Durante la segunda mitad del siglo, durante las décadas de los años sesenta y setenta, los encargados de construir las ciudades de la nueva Corea del Sur sabían que construcciones como las de los edificios de apartamentos que se daban en las grandes ciudades de países de todo el mundo eran las más adecuadas y eficientes. Pero en estos momentos no solo se optó por la construcción de edificaciones que no seguían la tradición coreana sino que, al considerarse que las hanok estaban anticuadas y representaban el atraso del país, muchas viviendas tradicionales fueron destruidas. Sin embargo, esta corriente terminó y hoy en día la visión de la tradición ha cambiado por completo.
En la actualidad, las hanok están viviendo un revival en toda regla. Corea del Sur es un país que ha experimentado un crecimiento extremadamente rápido en todos los aspectos y, tras años de centrarse en el futuro y olvidar el pasado, la sociedad está dando una segunda oportunidad a la tradición. Este hecho afecta a multitud de ámbitos, siendo uno de ellos el de la vivienda tradicional. A día de hoy, los pueblos compuestos por hanok son una atracción que atrae a miles de turistas que buscan conocer y admirar la historia y tradición de su país. Muchas de estas viviendas se han convertido en alojamientos turísticos, ofreciendo la posibilidad de experimentar la vida tradicional con las comodidades del presente. Tal ha sido su expansión que este tipo de casas o viviendas que imitan este tipo de arquitectura han sido usadas en dramas contemporáneos como la vivienda de alguno de los protagonistas, como ocurre en Personal Taste o I Need Romance.
Como sucede en todos los rincones del mundo, la vivienda tradicional es algo muy arraigado en la historia y la idiosincrasia del lugar, y la Península Coreana no es una excepción. Los coreanos diseñaban hogares energéticamente eficientes y que se encontraban en armonía con el entorno, lo cual fue suficiente durante mucho tiempo, pero dejó de serlo en el Siglo XX. La negación al pasado que se vivió en este siglo fue sustituida por un renovado interés por la tradición arquitectónica coreana. Hoy en día no solo estas construcciones se valoran como elementos históricos, sino que son buques insignia de la cultura coreana, ya que al fin se las trata como merecen y sería imposible imaginar una Corea sin ellas.
Para más información sobre las viviendas hanok más representativas de Corea acompañada de multitud de fotografías consulta el libro Hanok: The Korean House escrito por Nani Park y Robert Fauser. Si te interesa la vertiente actual, más turística, dirígete a la web de la Organización de Turismo de Corea del Sur (spanish.visitkorea.or.kr) en la que aparecen los detalles de los barrios hanok visitables en el país.
Referencias:
Antique Alive. Hanok (Traditional Korean House) – a place of subtle beauty and quiet dignity.
Clark, D. N. (2000). Culture and customs of Korea. Greenwood Publishing Group.
Hanstyle. Hanok. Recuperado de http://www.kculture.or.kr/language/english/hanok/meaning.jsp
Park, N. & Fauser, Robert J. (2015). Hanok: The Korean House. Tuttle Publishing.
Tudor, D. (2014). A Geek in Korea: Discovering Asia’s New Kingdom of Cool. Tuttle Publishing.