La obra cumbre de la literatura española, Don Quijote de la Mancha, llegó por primera vez a Corea hace un siglo. En 1915 se publicó en una revista literaria llamada La juventud la traducción de diez episodios realizada por Choi Nam Sun (1890-1957), ilustre escritor de la época moderna coreana. Esta traducción del japonés, y no del español, de tan sólo quince páginas, se publicó bajo el desafortunado título de Episodios cómicos de un mentecato. En ella se omitió el nombre de don Quijote y se usó en su lugar “viejo señor”; el nombre de Sancho también fue sustituido, en este caso por “Bumpo” cuyo significado es “humilde”.
Cien años después del primer Quijote en coreano la situación es bien distinta. La sociedad del país asiático es conocedora de las andanzas del famoso hidalgo Don Quijote de la Mancha y su escudero Sancho Panza, ya sea por la propia lectura del libro o de adaptaciones, cómics e incluso libros de texto de la enseñanza obligatoria. La Asociación Coreana de Hispanistas, fundada en 1981, y el Centro de Estudios Cervantino de Corea, creado en 2014, han tenido mucho que ver; sobre todo, es especialmente destacable la labor del hispanista, filólogo y académico corespondiente de la RAE Park Chul. Park ha traducido el Quijote del español al coreano: la traducción de la primera parte la publicó en 2005, coincidiendo con el cuarto centenario de la obra; mientras que la traducción de la segunda parte la publicó en 2015, coincidiendo con el cuarto centenario de su publicación original. Esta vez no se trata sólo de una traducción íntegra, sino también literal, en la que los refranes españoles son explicados para los coreanos.
Los dos tomos del Quijote traducidos al coreano por Park Chul
Park no sólo ha logrado la encomiable hazaña de traducir por primera vez la obra magna de Cervantes al coreano a partir de la versión original en español, también ha conseguido combatir la idea de que don Quijote no era más que un loco –o un mentecato–, que arraigó en la sociedad coreana desde que se publicara la primera traducción en 1915. En su lugar, ha difundido la idea fiel a la obra original. Tal y como asegura Park: “don Quijote es un caballero que lucha por la justicia y la libertad, a favor de los débiles y los pobres”.
Referencias
Díaz de Quijano, F. (2015). Don Quijote en Corea: de mentecato a héroe. El Cultural.