Cambios en las relaciones entre Corea del Sur y Japón.

Aumenta la tensión entre Corea del Sur y Japón. Tras la independencia de Corea, justo al acabar la II Guerra Mundial, y la creación de los dos estados de la península coreana, las relaciones bilaterales entre Japón y Corea del Sur se volvieron bastante tensas. Corea del Sur ha reclamado desde su independencia una disculpa por parte de Japón, en relación a los atroces actos cometidos por los nipones durante su ocupación, tales como la prostitución de mujeres surcoreanas, los robos cometidos en sus tierras, los asesinatos, etc. Además ambos países mantienen en la actualidad una disputa territorial, aún mayor, por los islotes Dokdo (en coreano) o Takeshima (en japonés), y por otro lado la denominación del mar que separa a Corea y Japón, denominado Mar de Japón, por el país del sol naciente, o Mar del Este como lo denominan los surcoreanos.

Islotes de Dokdo (en coreano) o Takeshima (en japonés)

Aunque en la última década parecía que las relaciones entre ambos países se estaban solventando y que ambas naciones dejarían de lado los rencores pasados, la tensión ha vuelto a aparecer por la disputa de los islotes que separan a Japón y Corea debido a la visita que realizó el presidente surcoreano Lee Myung Bak a dicho territorio. Dicha visita se realizó con el fin de reforzar el hecho de que estos islotes pertenecen a Corea del Sur en respuesta a la decisión de llevar el caso de la disputa territorial al CIJ (Corte Internacional de Justicia), con la cuál el presidente surcoreano se ha mostrado descontento. Acto seguido se produjo una oleada de protestas por todo Japón, que sin embargo no afectaron a una feria de arte surcoreano que se celebró en una ciudad al sur del país nipón.

Japón y Corea del Sur son un claro ejemplo de que, aunque haya disputas políticas entre dos países, eso no incumbe a las artes o la industria del entretenimiento, ya que Japón figura como el mayor mercado de consumo para la industria del kpop, al igual que muchos surcoreanos sienten devoción por cantantes y actores japoneses o por la industria de los doramas. Aunque ambas naciones dan motivos para su mutua aversión, también los dan para la “amistad” que podrían compartir. Por lo tanto en ambos países podemos encontrar una sociedad bipolarizada que se divide entre dejar a un lado el pasado y formar una alianza, que bien podría ser productiva para ambos, o basarse en la historia y las diferencias que ambos mantienen y alejarse cada vez más el uno del otro.

Aún a pesar de los hechos acaecidos en las últimas semanas, los ministros de exteriores de Corea y Japón, Kim Sung Hwan y Koichiro Gemba respectivamente, han apostado por mejorar y suavizar las tensas relaciones entre ambos países, decisión de la que hicieron acopio los presidentes, Lee Myung Bak y Yoshikito Noda, en la reunión del foro de la APEC en la que ambos mandatarios intercambiaron palabras y se estrecharon la mano.

A la izquierda Lee Myung Bak y a la derecha Yoshikito Noda.

Podríamos estar asistiendo a un momento histórico después de casi sesenta años de resentimiento, en el cuál Japón y Corea del Sur olviden sus diferencias y creen una relación de amistad que se deberían en gran parte, a corrientes como el kpop, jpop, los doramas, el arte, o la tecnología. Aquellas cosas que en definitiva, se alejan de la política y se centran en divertir y apelar a los sentimientos de la población.

De momento el fin de las disputas parece lejano, ya que los ciudadanos japoneses y surcoreanos aún son bastante reacios a olvidar sus diferencias, aunque la mayoría de ellos sí abogan por una mejora de las relaciones y una solución que sea beneficiosa para ambas naciones. Sin embargo Japón y Corea del Sur han preferido elegir el camino de la diplomacia, y resolver sus disputas logrando así la estabilización de Asia Oriental, tanto en sus relaciones bilaterales como en las relaciones que ambas naciones mantienen actualmente con sus vecinas China, Corea del Norte y Taiwán. Estos dos países son un claro ejemplo de que los intereses comunes unen.